Qué alegría tenerte por aquí, valiente.

Plantear la sexualidad en la infancia no es fácil, así que si ya has llegado hasta aquí... ¡enhorabuena! Estás haciendo un gran trabajo. En esta guía encontrarás consejos e información complementaria que pretenden ser un empujón al temido "vamos a hablar de sexo". Un poco de inspiración nunca viene mal. Mi consejo es que leas estas orientaciones antes comenzar a leer con tu tribu. De esta forma, puedes situar donde estás: qué sabes sobre el tema, qué experiencias puedes compartir, qué te gustaría transmitir o cuánto crees que sabe tu prole - estoy segura de que te llevarás más de una sorpresa.

No te preocupes si te encuentras con un tema sobre el que no tengas experiencia o sientes que no sabes mucho. Este cuento también es una oportunidad para crecer como persona inclusiva en un mundo cada vez más plural y diverso. Tómatelo como un reto: puedes buscar información de manera independiente o proponer un aprendizaje conjunto. No tengas miedo a "cometer errores". Lo importante de este cuento no es formarse en conocimientos específicos sino promover un espacio de confianza y unos lazos afectivos fuertes que te permitan acompañar a otra(s) persona(s) en la vivencia de su sexualidad.

¡Aviso para navegantes!: si quieres un manual de sexología y evidencia científica, te has equivocado de cuento. A qué edad zambullirte en esta aventura es una opción personal. No obstante, es más fácil recoger diálogo si se ha sembrado confianza; las personas que nunca han hablado de sexualidad en casa o las aulas durante la infancia, difícilmente buscarán consejo en la familia o el profesorado durante la adolescencia. Por otra parte, puede que sientas que alguna materia es demasiado complicada para abordarla desde tan pronto y es completamente lícito que la dejes para más tarde. No obstante, recuerda que el hecho de no hablar determinados temas, no significa que no vayan a escucharlo en otros ámbitos (la escuela, la calle, internet, la televisión, el vecindario...) Hay que valorar también el fácil acceso de las personas menores de edad a las tecnologías y los riesgos que conlleva consumir pornografía desde edades tempranas. Poner "sexo" en google está al alcance de todo el mundo y en internet solo van a encontrar desinformación: sexo coital, capacitismo, cuerpos irreales y relaciones heterosexuales centradas en el placer masculino. Y si en vez de evitarlo, ¿intentas adaptar el vocabulario a su edad? Lo que más me gustaría transmitir es que dejes abiertos todos los frentes, que no exista el tabú ni la vergüenza - y que el hogar o la escuela se sientan como un espacio libre y tolerante. Hay muchísima información ahí fuera, solo hace falta buscar bien. Si hay temas que te resultan especialmente complicados o difíciles de comunicar, siempre puedes buscar apoyo en otros libros, material didáctico, videos o ilustraciones. No olvides que, ante cualquier duda, problema o conflicto, las puertas profesionales siempre están abiertas.

Para terminar, me gustaría contarte que este libro ha sido escrito con lenguaje inclusivo. Eso quiere decir que se ha evitado utilizar el "masculino genérico" y otras reglas no inclusivas de nuestro idioma. Quería también dejar constancia de que mi intención era crear una historia de armonía colectiva, pero soy consciente de que mis experiencias son limitadas. Este es el cuento que recoge las historias que nos gustaría que nos hubieran contado a nosotras - a todas las personas que han compartido conmigo su infancia, sus baches y sus batalles. Sé que dejo muchas realidades fuera y también que mi forma de leer el mundo no es la universal. Escribo desde lo que soy: una mujer de una familia normativa y blanca, nacida y criada en España a principios de los 90. No pretendo quitar credibilidad a estas páginas, solo espero no haber metido la pata.

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